Pobreza menstrual en el contexto de la pandemia y crisis humanitaria

AVESA presente en la Mediatón #resonar organizada por Chicas Poderosas

La Mediatón es un proceso interdisciplinario y colaborativo donde mujeres vinculadas a los medios de comunicación se unen para crear historias multimedia sobre temas sub-representados, que luego se publican en diversos medios de comunicación.

En esta mediatón, desde AVESA compartimos nuestro trabajo sobre pobreza menstrual , que fue realizado entre  mayo y junio de este año en plena pandemia y crisis humanitaria en el país, contexto que marca unas condiciones muy precarias para toda la población y en particular para las mujeres.

Nuestra intención en esta Mediatón fue mostrar cómo tener información de las necesidades diferenciadas de las mujeres nos permite hacer recomendaciones para que la respuesta del Estado y demás instituciones sea adecuada y efectiva.

Partimos de la noción de pobreza menstrual, que equivale a la relación entre los elementos de higiene femenina y las condiciones socio-económicas de vida. Esta idea implica la ausencia de tres indicadores específicos: acceso a productos de higiene, a buenas condiciones sanitarias (agua potable, aseo y control de desechos) y al conocimiento fundamental requerido para la higiene menstrual. El equilibrio entre estos tres componentes correspondería a la equidad menstrual, o lo que es igual a una situación de buenas condiciones de acceso a la higiene menstrual.

En el estudio se entrevistaron 106 mujeres, niñas y adolescentes de la parroquia Fila de Mariches del municipio Sucre del estado Miranda, con edades entre los 9 y 45 años. Se les consultó sobre varias dimensiones de la salud de las mujeres, la salud sexual y reproductiva, así como la higiene y la pobreza menstruales. Es importante destacar que esta es una parroquia con muchas dificultades en el acceso a servicios públicos y en condiciones de pobreza.

En los resultados se encontró que 9 de cada 10 mujeres son pobres menstruales y 1 de cada 10 se encuentra en  una condición de pobreza menstrual extrema, y presentan amplias dificultades para acceder a productos de higiene, condiciones sanitarias o información no sobre el manejo de la higiene menstrual. Esta condición las coloca en situación de proclividad ante enfermedades del aparato reproductor como consecuencia de las inequidades en el manejo de la higiene menstrual.

Algunos de los indicadores obtenidos son los siguientes:

En cuanto al acceso a productos: el 83% de las consultadas reporta un acceso regular. El 89,6% declaran que utilizan las toallas sanitarias como producto principal de absorción del flujo menstrual, la copa aparece como alternativa casi inexistente, y sólo el 1,9% admite usar regularmente compresas de tela. El 92,4% califican los productos de higiene menstrual como muy costosos o costosos, y ante esto el 60% emplean alternativas caseras, comparten o intercambian estos productos con otras mujeres.

Sobre el nivel de acceso a buenas condiciones sanitarias: 7 de cada 10 mujeres, niñas y adolescentes no poseen agua corriente en sus hogares, con lo cual, deben realizar recolectas en camiones cisterna, tuberías comunes, pozos o, en última instancia, comprarla. Para el 70% la frecuencia de acceso al agua es de sólo dos o tres días por semana y hasta una vez al mes. Ante esto, 6 de cada 10 mujeres señala que el agua a la que acceden no es suficiente para la higiene menstrual adecuada, o al menos sólo lo es a veces; mientras que 8 de cada 10 mujeres pone en cuestión la limpieza y calidad del agua para el óptimo manejo de la higiene menstrual.

Del nivel de conocimiento requerido: 77,4% señala haber recibido educación sexual sobre higiene menstrual ha sido recibida de sus madres, abuelas y otras mujeres de su entorno, educación que ha estado cargada de mitos y mensajes que problematizan la vinculación de las mujeres con su propia menstruación. 

Nivel de dificultad para una óptima higiene menstrual: 5 de cada 10 mujeres, niñas y adolescentes indican dificultades para mantener una higiene adecuada y 4 de cada 10 asume que su rutina diaria ha sido afectada por estas dificultades.

Finalmente, ¿Por qué es importante este tema?

  • La pobreza menstrual afecta la rutina de las mujeres y puede llegar a interferir con sus actividades educativas y/o laborales
  • Puede generar consecuencias negativas a la salud de las mujeres
  • Es preciso que en contextos de crisis, las respuestas cuenten con perspectiva de género e incluyan este elemento diferenciador de las necesidades de la población.

Publicado por avesa.blog

AVESA es una organización sin fines de lucro que, basada en los principios de la equidad de género y los derechos sexuales y reproductivos como derechos humanos, promueve el ejercicio responsable de la sexualidad desarrollando actividades de educación, investigación, atención y promoción de apoyos sociales y políticos, dirigidos a personas y organizaciones en el ámbito nacional, con efectiva participación en redes internacionales.

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