El abuso sexual constituye un daño a la dignidad humana. Su abordaje debe cumplir con los más altos estándares nacionales e internacionales en la materia. Prevenir y salvaguardar a los niños, niñas y adolescentes del abuso sexual es una responsabilidad de las personas adultas que tengan a su cargo la responsabilidad de crianza, o de quienes, por motivo de sus funciones o actividades, los tengan bajo su cuidado (Secretaría de Educación Pública, 2016). En el caso de las instituciones educativas esta labor de prevención y salvaguarda corresponde a las personas adultas que integran la comunidad educativa.
Para conocer cómo está el nivel de información y experticia sobre el manejo de estos casos en las instituciones educativas venezolanas, la Asociación Venezolana para la Educación Sexual Alternativa (AVESA), aplicó una encuesta vía online[1] en el mes de septiembre de 2018 a una población de 71 trabajadores/as de la educación de ocho estados del país (Apure, Aragua, Barinas, Bolívar, Carabobo, Cojedes, Delta Amacuro y Distrito Capital). Los resultados revelaron que el 100 por ciento reconoce que el abuso sexual es un delito, pero el 69,1 por ciento informa que no posee los conocimientos y herramientas necesarias para atender este delito cometido contra su alumnado. Algunas respuestas en relación con las acciones que ejecutarían para atender la situación de abuso se enfocan en procedimientos adecuados como hablar con el niño, niña y adolescente (NNA), hablar con los padres, informar al superior inmediato y hacer la denuncia; en tanto otros, son inadecuados, no se corresponden con sus funciones ni con garantizar los derechos de niñas, niños y adolescentes[2], incluso, algunas de las acciones propuestas demoran el procedimiento de atención, no entran dentro de su ámbito de competencia o vulneran derechos. Algunas de estas acciones inadecuadas que señalaron las personas encuestadas son: verificar el abuso antes de denunciar, comunicar a toda la institución y comunidad educativa del abuso sexual presuntamente cometido, guardar secreto del hecho o no intervenir para no involucrarse.
Estos resultados confirman la necesidad de brindar herramientas a las instituciones educativas venezolanas para la atención del abuso sexual de niños, niñas y adolescentes.
Para dar respuesta a esta necesidad, AVESA, con el apoyo de otras organizaciones, ha venido trabajando en la Ruta Escolar para la Atención del Abuso Sexual de Niños, Niñas y Adolescentes, que forma parte del proyecto Prevención del Abuso Sexual Infantil, que desarrolla con el financiamiento de UNICEF para el período 2017-2019. Es un producto que complementa la Ruta de Atención Institucional del Abuso Sexual en Niños, Niñas y Adolescentes, elaborada en 2016 para instituciones del Estado y de la sociedad civil.
La Ruta escolar, está dirigida, como su nombre lo indica, al ámbito educativo y específicamente al personal que se desempeña en educación básica (concretamente en los niveles de primaria y media: alumnado entre 6 y 18 años de edad).
La Ruta Escolar para la Atención del Abuso Sexual de Niños, Niñas y Adolescentes, tuvo un proceso de construcción con aportes de varios especialistas de las áreas de derecho, educación, psicología y protección de NNA, quienes participaron en mesas de trabajo para la validación de la ruta en cuanto a: pertinencia, claridad, coherencia, sustento o apoyo del marco legal y sugerencias para el diseño gráfico.
La Ruta Escolar está estructurada en cuatro capítulos, el primero contempla aspectos conceptuales relacionados con el Abuso Sexual, tales como su definición, fases, modalidades e indicadores, su comprensión desde el modelo ecológico, los factores de riesgo y de protección; algunos mitos y falsas creencias asociadas al tema y la norma jurídica nacional en materia de abuso sexual.
Un segundo capítulo muestra el importante rol de los Centros Educativos en la prevención y atención del abuso sexual, dado el constante contacto que tienen con la población infanto-juvenil y las obligaciones establecidas el marco jurídico nacional; así como el rol de las defensorías escolares en sus funciones de orientación y acompañamiento.
La Ruta propiamente dicha se encuentra en el tercer capítulo y está compuesta de tres pasos que son: 1) Identificar (por detección, revelación o flagrancia), 2) Denunciar, 3) Dar seguimiento y protección. Se indica en qué consiste cada paso, los aspectos jurídicos que lo sustentan y quién o quiénes intervienen en cada uno. Se hace énfasis en la importancia de respetar la situación que pueda estar viviendo el NNA por la dinámica del abuso, la necesidad de evitar la revictimización y hacer más expedito el proceso.
El capítulo cuatro se enfoca en las acciones del Centro Educativo cuando la presunta persona agresora forma parte de su alumnado o es personal docente, administrativo u obrero, indicando en cada caso las medidas y sanciones aplicables. Finalmente se incluyeron los anexos, Ruta de Atención Institucional del Abuso Sexual en Niños, Niñas y Adolescentes y los formatos sugeridos en algunos de los pasos, así como las fuentes consultadas.
Esta Ruta se convierte en un elemento de apoyo en el país, y contribuye en hacer protagonista a la escuela en el abordaje del abuso sexual de una manera concreta, expedita y ajustada a los marcos legales; y considera que se da un gran paso en la garantía de los derechos de la población infantil y adolescente venezolana.
[1] Construida y aplicada con el equipo de trabajo de construcción y validación de la Ruta Escolar.
[2] En todo el documento se usará en orden distinto “niños, niñas y adolescentes”, o “niñas, niños y adolescentes”
Muy buena ponencia las felicitos. Por tan buena laborr informativa q hace falta a la ciudadania ..la enfermedad delcovid-19 no es por lo unico q debemos preocupaenos
Extraordinario bien claro, coherencia y referencia legal, fue preciso este tipo de informacion para saber los pasos a seguir en cuanto al abuso sexual en niños, niñas y adolescentes. agradecida.
Positivo.